Según varios estudios, el precio del alquiler previsto en Barcelona para el 2016 subirá un 16%, el más alto desde el 2001. Actualmente el importe medio de un alquiler es de 848 euros. Según el economista y profesor de la UB Gonzalo Bernardos podría subir a los 1.000 € en 2018.
Esta situación está provocando que el mercado sea cada vez más selectivo, y expulse de la ciudad condal a las rentas más bajas. Para muchas personas, ya no importa tanto vivir en el centro, como encontrar un piso económico y bien comunicado. Al no encontrarlo en Barcelona, se dirigen a ciudades de la periferia como l’Hospitalet, Badalona o el Prat, donde los precios están más contenidos.
Sin embargo este recalentamiento puede provocar subidas del precio del alquiler en la periferia.
¿PERO CUÁLES SON LOS MOTIVOS DE LA ESCASEZ DE PISOS Y LA SUBIDA DE LOS PRECIOS?
No hay un motivo claro, sino que es la cojunción de varios. Uno de ellos es la proliferación de pisos turísticos en la capital catalana. No obstante, se estima que sólo un 8% de los pisos de alquiler son destinados a turistas. Además muchos de ellos no disponen de licencia turística. Ante el auge foráneo que está padeciendo la ciudad, muchos propietarios apuestan por el alquiler turístico, donde pueden obtener el triple que un alquiler a largo plazo.
Otro factor importante es que muchos pisos que durante la época de crisis se destinaron al alquiler, ahora han vuelto al mercado de venta.
Actualmente existe menos rotación. Muchos inquilinos deciden renovar su actual contrato de alquiler y quedarse donde están.
Otra causa son la falta de incentivos de los propietarios para alquilar. Hace unos años había bonificaciones al alquiler, tanto para propietarios como inquilinos. Hoy en día, mayoritariamente las deducciones han desaparecido.
Por último, hay una escasez de obra nueva destinada al alquiler.
¿CÓMO AFRONTAR EL PROBLEMA?
Una de las soluciones es obligar o incentivar a las entidades bancarias y sociedades especulativas que tienen inmuebles parados, en espera de que suban los precios, y ponerlos ya a en el mercado.
Según algunos expertos, hay que regular y ser más estrictos con los pisos turísticos ilegales y ofrecer beneficios fiscales a los propietarios particulares que alquilen su vivienda, a la vez que dar más seguridad con nuevas leyes que le permitan recuperar su vivienda rápidamente en caso de que los inquilinos no paguen.