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Una inmobiliaria debería facilitar al comprador de una vivienda de segunda mano la siguiente documentación:

  • Nota simple del registro, para ver si existen cargas o no y el estado de las mismas
  • Último recibo del IBI, para verificar si está al corriente de pago, y saber la cuantía anual
  • Certificado de la comunidad de propietarios conforme está al corriente de pago, así como saber si hay en marcha algún proceso de rehabilitación y el estado general del mismo.
  • Últimos recibos de agua, luz y gas, para cerciorarnos de que están al corriente de pago, y poder hacer el cambio de suministros
  • Cédula de habitabilidad
  • En el caso de existir una hipoteca, certificado de cancelación emitida por el banco
  • Si hay necesidad de financiar la compra mediante hipoteca, preguntar primero por la subrogación (de esta manera nos podemos ahorrar la comisión de apertura), y por otro lado mirar otras alternativas, asegurándonos de que nos la van a conceder antes de realizar las arras.
  • Hacer números con la inmobiliaria primero y con el banco para asegurarnos de que no tendremos ningún problema a la hora de comprar la vivienda. Actualmente, los bancos no suelen dar más del 80% del menor entre el valor de tasación o el precio de compra. Por tanto, necesitará disponer del 20% restante más los gastos, que suelen representar actualmente sobre un 12% del precio del inmueble.

 En Finques Rubio consideremos que es muy importante que el comprador esté perfectamente informado de todas las gestiones que hay que llevar a cabo a la hora de tomar una decisión tan importante como es la compra de una vivienda. Debe asegurarse de estar asesorado por los mejores profesionales, tanto desde el punto de vista jurídico como fiscal. De esta manera estará en disposición de comprar con total tranquilidad.

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