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Al menos una vez en la vida, todos los propietarios de vivienda atraviesan por alguno de estos estados de pánico. Expropiación, falta de seguro por un siniestro, okupación… Estos son los ocho terrores de todo propietario de vivienda.

1. Que te okupen la casa. En España hay más de 90.000 viviendas okupadas. La inmensa mayoría, unas 70.000, son viviendas en manos de los bancos, producto de la crisis de 2008. El problema es que los mecanismos de la justicia y de las leyes en España son tan intrincados, que desalojar una casa okupada es delirante. Son procesos que pueden tardar meses o años. Puedes volver de vacaciones, y quedarte en la calle. Los casos están a la orden del día.

2. Que se incendie y no tengas seguro. A estas alturas parece increíble que en España haya más de ocho millones de casas sin asegurar. Lo dice la aseguradora Línea Directa. Además, muchas casas aseguradas lo están un 20% por debajo del valor de su contenido. Es más, en caso de catástrofe, el Consorcio de Compensación de Seguros solo cubre la casa si tiene sus primas actualizadas.
3. Que no puedas pagar la próxima letra. Ahora que estamos saliendo de la crisis, es un mal menor, pero sigue azotando a muchas familias. Durante la crisis, hubo familias que tuvieron que entregar las llaves al banco, y encima, hacerse cargo de la deuda pendiente porque el valor de venta no cubría el crédito pendiente. Las leyes han suavizado esas situaciones críticas desde 2012, pero sigue siendo un azote.
4. Que una crisis te devalúe el precio. Fue lo que pasó en 2008. Hubo propietarios que se entramparon en créditos hipotecarios poco antes de la crisis, con la idea de venderla y sacar unas plusvalías. Pero el valor de la casa se depreció. Nadie quería comprar. Todos vendían. Solo había una solución: venderla por debajo de lo que costó. Esos ciclos se repiten cada ocho o diez años.
5. Que la recibas como herencia. Aparentemente, es una buena  noticia recibir una casa en herencia. El problema es que hay que pagar el impuesto de sucesiones y donaciones, y el de la plusvalía municipal. Muchas veces también se heredan las deudas. Según un informe de los notarios, en 2017 hubo casi 39.000 renuncias a herencias. Eso es cuatro veces más que en 2007.
6. Que te la llenen de grafitis. Los grafitis no solo degradan visualmente a la vivienda, sino que degradan su valor. Si alguien cree que su casa vale 150.000 euros, basta que se pasen por allí unos grafiteros, para que esa cifra baje un 15%, salvo que el grafitero sea el famoso Banksy. Los grafitis, que están por todas partes, suponen una devaluación inmediata de la vivienda y de una ciudad. Las multas son tan pequeñas y es tan difícil pillar a los grafiteros, que siguen delinquiendo con estos selfies hechos con aerosol.
7. Que te la expropien. Un día llega el Ministerio de Fomento y decide construir una autopista que pasa justo por tu casa. Te pagarán un justiprecio, pero suele estar por debajo del valor de mercado, sobre todo, si es un mercado alcista. Mucha gente se ha quedado sin su casa de toda la vida por culpa de una expropiación… legal.
8. Que se la quede tu pareja. Si te separas y tienes hijos, los jueces dejarán que la casa la siga habitando la prole con la persona que se queda la custodia. La justicia intenta defender a la que suele ser la parte más débil en un proceso de divorcio, que suele ser la madre. Incluso, si has comprado la casa antes del matrimonio, tu pareja se puede quedar con el derecho de utilización. Hay unos 100.000 divorcios al año, según el INE, y las peleas por la propiedad, son el primer problema. Los abogados recomiendan preverlo todo antes de casarse, haciendo capitulaciones o separación de bienes.

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